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jueves, 30 de marzo de 2017

Sendero AG-1. Itinerario a los restos del reino glaciar. Tarazona y Ágreda (ZARAGOZA y SORIA).



Datos técnicos:
Nombre de la ruta: Sendero AG-1. Itinerario a los restos del reino glaciar.
Municipios: Tarazona y Ágreda.
Provincias: Zaragoza y Soria.
Techo provincial: Moncayo o pico de San Miguel  (2.314 m).
Distancia: 13,51 kilómetros.
Tiempo total: 7h 05’.
Tiempo en movimiento: 4h 37’.
Tiempo detenido: 2h 28’.
Desnivel positivo: 990 m.
Altitud mínima: 1.334 m (Fuente de los Frailes).
Altitud máxima: 2.314 m (Moncayo).
Tipo: lineal.
Señalización: Ruta oficial del Parque Natural con señalización vertical (postes con indicadores). Es recomendable seguir las indicaciones del GPS ya que en algunos puntos hay bifurcaciones de sendas. Parte del recorrido coincide con el sendero GR 90.1 con marcas blancas y rojas.
Dificultad: Media-alta por el desnivel acumulado. Según la época del año puede aumentar la dificultad (invierno-primavera) por la nieve, hielo o viento.
Cartografía: Mapa Topográfico 1:25.000 352-1 Añón de Moncayo.
Fecha: 12 de junio de 2016.

Acceso:
El inicio de la ruta se encuentra en el parking habilitado en la Fuente de los Frailes, en el Parque Natural del Moncayo, en una de las curvas de la carretera que sube hasta el Santuario del Moncayo.
Tomamos la A-23, autovía Mudéjar, como vía principal hasta Cariñena, donde la abandonamos para buscar la carretera A-220. Por esta carretera seguimos hasta La Almunia de Doña Godina, y desde allí continuamos por la A-121 hasta las proximidades de Magallón donde enlazamos con la N-122. Por esta carretera llegaremos a Vera de Moncayo después de pasar por Borja, Maleján y Bulbuente.
En Vera de Moncayo pasamos la noche. A la mañana temprano nos dirigimos hacia el inicio de la ruta a unos 11 kilómetros de distancia. Por la carretera CV-610 nos dirigimos dirección Trasmoz y a la altura de este pueblo nos desviamos hacia la izquierda dirección Litago (a 3 kilómetros). A la entrada de Litago se hace un giro para seguir por la calle que bordea este pequeño pueblo por la parte norte, y continuar por la carretera asfaltada hacia el Moncayo. En el siguiente cruce, donde veremos indicaciones de “prohibido aparcar en todo el Parque Natural excepto en lugares habilitados expresamente”, seguiremos ligeramente hacia la derecha hasta llegar al parking de la Fuente de los Frailes.

Descripción:

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El Moncayo o Pico de San Miguel es la máxima cota no sólo de las provincias de Zaragoza y Soria sino también de todo el Sistema Ibérico. Su altitud, de 2.314 metros, y su aislamiento la convierten en una montaña solitaria, una montaña fácil de divisar desde la lejanía, incluso desde el Pirineo occidental. Se alza majestuosa destacando sobre el valle del Ebro. Su cima se encuentra cubierta de un manto blanco de nieve varios meses al año, característica de la que puede derivar el topónimo Moncayo al hacer referencia a la voz latina Mons caius (monte blanco o monte cano).
Desde un punto de vista geográfico, el Moncayo es una sierra de frontera entre tierras aragonesas y castellanoleonesas. Se encuentra al nordeste de la provincia de Soria y al oeste de la provincia de Zaragoza, entre las comarcas que reciben su nombre de esta emblemática montaña: comarca del Moncayo (Soria) y comarca de Tarazona y el Moncayo (Zaragoza).
La diferencia de cota entre el vecino valle del Ebro a menos de 500 metros de altitud y los más de 2.300 del Moncayo, la posición geográfica de la sierra entre las influencias del clima atlántico y el mediterráneo, su composición geológica de cuarcitas, pizarras y rocas sedimentarias triásicas, le confieren unas características singulares que se han traducido en una riqueza paisajística y medioambiental de gran valor. La “belleza natural” de este lugar ya fue reconocida en 1927 al recibir la declaración, por Real Orden de 30 de julio, de Sitio de Interés Nacional el monte Dehesa del Moncayo. No es hasta 1978 cuando deja de ser Sitio de Interés y es declarado Parque Natural de la Dehesa del Moncayo (Real Decreto 3060/1978, de 27 de octubre) con una superficie que no llegaba a las 1.400 hectáreas. Veinte años después se aprueba el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Comarca del Moncayo y se declara el Parque del Moncayo por Decreto 73/1998, de 31 de marzo, del Gobierno de Aragón con una superficie de 9.848 hectáreas. Y en 2007, el Gobierno de Aragón aprobó un decreto por el que se ampliaba el parque hasta las 11.144 hectáreas que posee en la actualidad.
La ruta escogida para ascender a este techo provincial compartido es un sendero habilitado por el Parque Natural que asciende por la parte zaragozana de la montaña, vertiente por la que pasaremos por diferentes pisos bioclimáticos y donde la acción de los hielos cuaternarios excavaron tres circos glaciares. De la existencia de estas formaciones viene el nombre de esta ruta: Itinerario a los restos del reino glaciar. Es, sin lugar a dudas, la ruta estrella de este espacio protegido.
En el inicio del recorrido, en la Fuente de los Frailes, nos encontramos un aparcamiento habilitado con 53 plazas. Cabe recordar que el aparcamiento en el Parque Natural del Moncayo se encuentra regulado, estando prohibido aparcar fuera de los lugares señalizados y acondicionados para tal efecto. Allí mismo hay varios carteles informativos sobre el parque natural, la ruta y el aparcamiento. En el cartel donde aparece el número de plazas de aparcamiento también se indica la altitud a la que nos encontramos, 1.334 metros, cota que nos separa en casi 1.000 metros de desnivel de la cima del Moncayo (2.314 metros).
Comenzamos a caminar por la pista que se dirige hacia el Santuario durante unos 500 metros antes de abandonarla hacia la izquierda por la senda que indican las señales. A partir de aquí, y hasta el santuario, también nos encontraremos marcas blancas y rojas del Sendero Ibérico Zaragozano GR 90.1. Acompañados de imponentes pinos silvestres (Pinus sylvestris) iremos ascendiendo suavemente. No se tarda en cruzar la pista por primera vez y seguir ascendiendo por la senda, aunque enseguida haremos una parada para contemplar los restos de lo que fue el nevero o pozo de nieve del Prado de Santa Lucía, antiguo depósito donde se almacenaba la nieve para su posterior comercialización.
Nos llama la atención, durante el primer tramo a lo largo de la senda y a primera hora de la mañana, las grandes babosas negras (Arion ater) que nos encontramos. Su color negro no pasa desapercibido entre el verde del musgo y el grisáceo de las rocas. Esta especie de molusco gasterópodo puede sobrepasar los 10 centímetros de longitud, y se alimenta principalmente de plantas y hongos, aunque no desaprovecha ocasionalmente insectos o materia vegetal en descomposición.
Seguimos ascendiendo y, entre los pinos, vamos viendo ejemplares de rebollo o roble melojo (Quercus pyrenaica) y hayas (Fagus sylvatica), formando éstas últimas uno de los hayedos más meridionales de toda Europa. Pronto cruzaremos por segunda vez la pista de tierra para seguir por la senda que nos llevará hasta el Santuario de la Virgen del Moncayo, donde realizaremos una nueva parada. En esta gran construcción, perteneciente al Cabildo Catedral de Tarazona, nos encontramos a 1.620 metros de altitud. Del siglo XIII son los documentos más antiguos que se han encontrado con referencias al santuario. En la actualidad tiene una función mucho más turística: albergue y restaurante. Hasta él accede una carretera que lo convierte en un lugar concurrido por visitantes y también por los senderistas que toman como inicio de la subida al Moncayo este sitio.
A partir de aquí el sendero GR 90.1 toma otra dirección y dejaremos de ver las marcas blancas y rojas. Nosotros seguiremos ascendiendo, no sin antes pasar junto a la fuente de la Jarra que se encuentra al lado del santuario. El pinar espeso comienza a dar paso a un pinar más escaso donde el piornal (Cytisus oromediterraneus), en flor, comienza a ganar terreno junto a la senda. Encontramos en este sendero un cartel que nos recuerda dos aspectos importantes del tramo entre el santuario y la cima: su fragilidad y su origen.
El masivo paso de personas por esta zona camino a la cumbre del Moncayo, en muchas ocasiones originando sendas secundarias, provocaba problemas de erosión y daños a la vegetación. Para evitar esta situación, en 2014, se realizaron labores de restauración y delimitación del sendero con refuerzos de mampostería y cierre de numerosos atajos. Todo ello para facilitar el acceso de los visitantes a la cima del Moncayo a la vez que preservar una senda con más de 150 años.
El motivo por el que se realizó está senda fue para la observación del eclipse de Sol de 1860 tal y como se puede leer en el informe escrito por D. Eduardo Novella al Excmo. Sr. Comisario Regio del Observatorio de Madrid. La importancia de observar un eclipse total de Sol hizo que se enviara al Moncayo una comisión astronómica formada por miembros de los observatorios de Madrid y Paris. El primero en llegar al santuario fue D. Eduardo y allí mismo se dio cuenta que no era buen emplazamiento para la observación al encontrarse en mitad de la falda de la montaña por lo que le ocultaba parte del horizonte. El 1 de julio de 1860 subió a la cima del Moncayo y quedó convencido que ese era el lugar idóneo para realizar los trabajos de observación, y así es como lo reflejó en su informe:
… este sitio me pareció buen punto de observación, no solo por su inmenso horizonte, sino por la diafanidad de la atmósfera, que en aquel día bien despejado presentaba una pureza admirable”.
Fue entonces cuando mandó que se abriera una senda para subir los instrumentos para la observación, y que en lo alto se construyera una caseta de piedra con techo de madera para poder resguardarse del fuerte viento. Los trabajos se realizaron pero la caseta se derrumbó nada más ponerle el techado. Y los problemas no acabaron ahí ya que la mañana del 18 de julio, día del eclipse, amaneció con una densa niebla que hizo dividirse a las comisiones, quedando en el santuario los instrumentos difíciles de transportar y bajando al llano el resto.
Dejamos atrás el cartel informativo de la senda y continuamos ascendiendo entre los últimos pinos. Las vistas se van aclarando y comenzamos a ver los primeros canchales. Al pasar la cota de los 1.800 metros nos ubicamos en la base del impresionante circo de San Miguel. Es a partir de este punto donde crece la pendiente y, para salvar el desnivel restante, la senda adquiere un trazado zigzagueante. El ascenso se realiza por terreno pedregoso por la divisoria entre los circos glaciares de San Miguel, también conocido como del Cucharón, y San Gaudioso. Caminamos a través de un paisaje modelado por un glaciarismo cuaternario originado en la ladera aragonesa, más umbría, donde el resultado de los procesos erosivos ha generado masas caóticas de bloques heterométricos.
Finalizada la empinada subida se alcanza la loma Alto del Moncayo y se gira hacia la derecha, dirección noroeste, para seguir por la cresta dirección al vértice geodésico del Moncayo o Pico de San Miguel (2.314 m). Poco más de un kilómetro nos separa de la cima a la que llegamos caminando junto al borde superior del circo y contemplando las últimas manchas de nieve que aún no se han derretido. La bienvenida al techo zaragozano y soriano nos la da una construcción similar a un vértice coronada por la imagen de la Virgen del Pilar, instalada allí por el club deportivo zaragozano Stadium Casablanca en 1960. Aunque la imagen de la virgen ha “desaparecido” en varias ocasiones por las inclemencias meteorológicas o por actos vandálicos, en esta ocasión allí se encontraba. Y finalmente, unos metros más adelante, alcanzamos el vértice desde donde se puede contemplar la inmensidad de las vistas sobre el cerca valle fluvial del río Ebro, y en la profundidad del horizonte los Pirineos.
El regreso hasta la fuente de los Frailes se realiza por el mismo sitio deshaciendo los pasos caminados hasta aquí y disfrutando nuevamente de las vistas que nos ofrece la perspectiva de bajada.

domingo, 26 de marzo de 2017

GR-7 Hoces del Turia y Humedal de Barchel (Benagéber)



En el siguiente enlace se puede descargar el track de la ruta para el GPS: GR-7 Hoces del Turia y Humedal de Barchel (Benagéber).

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En algunas ocasiones, los senderos de Gran Recorrido (GR), esos de más de 50 kilómetros indicados con marcas rojas y blancas, nos ofrecen alternativas circulares muy interesantes. Este es el caso de esta ruta donde a partir del GR-7 podemos hacer un recorrido circular bastante asequible a todos los niveles. Otras alternativas de GRs interesantes pueden ser la que nos ofrece también el GR-7 en Sierra Martés (Venta Gaeta, Cortes de Pallás) o el GR-10 por la Calderona (por la canal del Garbí en Segart). 

Desde el embalse de Benagéber parte esta ruta, donde encontraremos los primeros postes indicativos y algún panel explicativo. El recorrido lo haremos en el sentido de las agujas del reloj, por tanto, cruzaremos el pantano y cruzaremos, por la acera, el túnel de la carretera CV-390 dirección Tuéjar. Nada más pasarlo, si nos asomamos a la izquierda, al embalse, podemos contemplar el impresionante aliviadero (tipo morning-glory) del pantano. 

Seguimos un poco más junto a la carretera y nos desviamos de esta definitivamente para tomar un sendero que va ganando cota por la ladera. Actualmente (marzo de 2017), la senda se encuentra bastante bien aunque incendios pasados y las lluvias y nieves de este invierno han tumbado muchos pinos que han quedado cruzados en mitad del sendero. Tan solo hay que bordearlos o saltarlos para continuar, pero sin mayor dificultad. 

Iremos dirección a Bercuta por el sendero que, tras pasar el barranco de Peñafiel, se convierte temporalmente en camino, ahora por zona boscosa. Llegaremos a un poste indicativo del GR y nosotros seguiremos hacia la derecha dirección "río Turia Barchel" haciendo caso omiso a la señal que nos manda hacia el caserío de Bercuta. 

Nos adentramos por senda para bajar rápidamente a orillas del río Turia y lo cruzamos por un puente de madera en muy buen estado, donde hacemos parada obligatoria para disfrutar y tomar algunas fotografías. Pocos minutos después seguimos y ahora nos toca subida con algo de pendiente hasta alcanzar el camino. 

El regreso hasta los coches se hace por este camino de servicio del canal del Turia, pasando obligatoriamente por los espectaculares Chorros de Barchel (cuando llevan agua). Se trata de una cascada formada en toba que cae por el barranco del Tiero. La cascada inferior es la que se encuentra a pie de camino y forma una bonita estampa. Al alejarnos podemos ver una cascada superior por la que cae el agua y cómo ésta se va desvaneciendo (de forma parecida al del Salto de la Novia de Navajas). 

De regreso iremos viendo las impresionantes y encajadas hoces del Turia, con paredes casi verticales. El avance por este tipo de camino se realiza rápido y en poco tiempo nos encontramos de nuevo en los vehículos.