Revolcadores (Murcia)

domingo, 23 de febrero de 2014

Senda dels Tossals (Llíria)



DATOS TÉCNICOS:

Nombre: Senda dels Tossals.
Municipio: Llíria.
Distancia: 8,06 kms.
Duracion: 3h.
Desnivel acumulado: 349 m.
Altitud mínima: 159 m.
Altitud máxima: 294 m.
Fecha: 10 de febrero de 2014.

ACCESO AL INICIO DE LA RUTA: 

Llíria dista de Valencia unos 25 kilómetros, y el acceso hasta el inicio del recorrido es bastante fácil. Salimos de Valencia por las avenidas de Pío XII y de las Cortes Valencianas para incorporarnos a la carretera CV-35. Circulamos por esta vía unos 21 kilómetros y la abandonamos por la salida 23 hacia Benisanó / Llíria (este). En la primera rotonda tomamos la primera salida dirección Llíria. En la segunda rotonda, a la entrada de la población, salimos hacia el centro ciudad, por la calle Juan Izquierdo. Aparcamos por una perpendicular a esta calle y continuamos andando hasta la Plaça Major.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:


Llíria, capital comarcal del Camp de Túria, es un municipio con unos 228 km2 de extensión. Su relieve es relativamente llano a excepción de su parte norte más montañosa y de algunas pequeñas elevaciones que sobresalen de la planicie. La senda dels Tossals transcurre por la parte más meridional del término municipal a través de sendas que recorren los cerros más próximos al casco urbano. La ruta se encuentra señalizada con las características marcas blancas y amarillas de los PRs, por lo que su seguimiento es fácil.

Es un sendero que nos mostrará parte del paisaje, de la historia y del patrimonio del municipio. A lo largo de su recorrido se puede visitar uno de los principales poblados ibéricos (Edeta), el monasterio de San Miguel, la ermita de Santa Bárbara, y el vértice geodésico de Buitreras desde donde podremos contemplar las sierras Calderona al norte y de Chiva al suroeste, el mar Mediterráneo, y gran parte de la llanura valenciana salpicada por numerosos municipios muchos de ellos inmersos en el Área Metropolitana de Valencia.

El punto de inicio de la ruta es la Plaça Major de Llíria, donde se encuentra la oficina de turismo en la que se solicita permiso para poder acceder al Tossal de Sant Miquel. El horario de la oficina de turismo es el siguiente: de martes a viernes, de 10.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 18.30 horas, y sábados y domingos de 10.00 a 14.00 horas (excepto el último domingo de mes). Amoldaremos la ruta a este horario para poder pedir las llaves del yacimiento y devolverlas antes del cierre de la oficina.

Salimos de la Plaça Major por la Calle Mestre August Roca y pronto nos desviamos hacia la derecha por unos escalones. Llegamos a un cruce de calles: a la izquierda se encuentra la calle Santa Ana y recto la calle del Beaterío. Continuamos por esta última, en progresión ascendente, y pronto salimos del casco urbano. A partir de este punto, en la senda Costa Revessa, se ven las primeras marcas del sendero. Tras ascender unos metros por este sendero en el que hay escalones tallados en la roca, a nuestra derecha podemos contemplar una cruz en el punto conocido como la Torreta Nova, lugar donde se encuentra un yacimiento de la edad del Bronce y que en época medieval albergó una torre de vigilancia.


Poco más arriba se encuentra el monasterio, pero antes de llegar a él seguimos recto por el sendero que nos conducirá hasta la ciudad ibérica de Edeta (siglos VI-II a. C.). El yacimiento conocido como Tossal de Sant Miquel corresponde a la antigua ciudad ibérica de Edeta - Lauro, también llamada Leiria, capital de la antigua Edetania, un amplio territorio estructurado en torno a poblados y caseríos agrícolas y ganaderos como el Castellet de Bernabé o la Seña, y atalayas como el Puntal dels Llops. Los restos encontrados han evidenciado que era una ciudad ocupada por la aristocracia. Durante las campañas de excavaciones llevadas a cabo entre 1933 y 1953 se llegaron a identificar 131 departamentos de la ciudad que se estima que puede alcanzar las 15 hectáreas de extensión por la ladera del cerro. La ciudad fue destruida en el año 76 a.C. por Sertorio y fundada una nueva en la parte llana.


La visita al yacimiento recorre dos amplias calles por delante de las fachadas de los departamentos. Las calles perpendiculares que se abren paso entre las casas eran muy estrechas y contaban con escaleras para poder alcanzar los departamentos superiores. En el interior de algún departamento se puede ver un molino rotatorio.


Tras la visita deshacemos los pasos hasta el Real Monasterio de San Miguel, en lo alto del cerro. Se trata de un edificio religioso fundado por Jaime II en 1326, aunque su estructura actual es de 1774, con posteriores modificaciones como la fachada que es de 1900, fecha que figura debajo de la imagen del santo titular.

 

Se continúa por el camino que llega al monasterio y lo abandonamos en la primera curva siguiendo las indicaciones del sendero. Pasamos junto a la Torreta Vella de la que tan solo podemos observar la base de piedra de lo que en su día fue una construcción. Por el sendero vamos descendiendo y cruzamos el Camí Vell de Benaguasil, y a pocos metros de aquí llegamos al único poste indicativo de la ruta. Seguimos hacia la izquierda para realizar un tramo lineal hasta el vértice geodésico. Es un tramo de sendero fácil de seguir, sin bifurcaciones confusas, por una zona cubierta por la característica vegetación mediterránea, con un estrato arbóreo en el que predomina el pino carrasco. Junto a la ladera, a nuestra derecha, veremos la urbanización el Racó de la Volta. Poco más adelante, y tras una pequeña cuesta, alcanzamos el vértice geodésico de Buitreras (294 msnm), la cota más elevada de la ruta, y punto privilegiado para contemplar el amplio paisaje llano formado por el río Túria, y las sierras que lo circundan.

 

Regresamos de nuevo hasta el poste con las señales y seguimos recto hasta el camí dels Olivarets, donde giramos por él hacia la derecha e inmediatamente nos desviaremos por el camí de la Volta, hacia la izquierda. Tras caminar unos minutos, abandonamos este último camino hacia la derecha para tomar un sendero que nos conduce hasta lo alto de la loma donde se encuentra la ermita de Santa Bárbara. El actual estado ruinoso de este edificio religioso, construido en 1620, se debe a que la ermita fue destruida durante la Guerra Civil. Desde aquí arriba, se obtiene una completa panorámica de toda la ciudad de Llíria y del Tossal de Sant Miquel coronado por el monasterio.


La bajada hacia el casco urbano se realiza por el calvario en zigzag que nos deja en la Calle de la Creu. Continuamos por el entramado urbano por las calles de Sant Josep, Santa Bárbara, Puríssima y Major hasta la Plaça Major, punto donde finalizamos la ruta y devolvemos las llaves en la oficina de turismo.

martes, 11 de febrero de 2014

Castellar de Meca (Ayora)


DATOS TÉCNICOS:

Nombre: Castellar de Meca.
Municipio: Ayora.
Distancia: 5,28 kms.
Duracion: 2h 30'.
Desnivel acumulado: 291 m.
Altitud mínima: 878 m.
Altitud máxima: 1.060 m.
Fecha: 06 de octubre de 2013.

ACCESO AL INICIO DE LA RUTA: 

Aunque el yacimiento se encuentra en el término de Ayora, el comienzo de la ruta se encuentra en el término manchego de Alpera. Para llegar hasta allí hay que salir de Valencia, hacia el sur, por la V-31 para continuar, primero por la A-7, y después por la A-35, dirección Albacete. Más adelante enlazaremos con la A-31 la cual abandonaremos por la salida 148 para tomar la N-330 dirección Ayora. A la altura de las Casas de Madrona nos desviaremos hacia la izquierda por la CV-437 dirección a Alpera. Por esta carretera, antes de llegar a Alpera, veremos las indicaciones para acceder al parking.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:


El poblado íbero de Castellar de Meca se encuentra en la parte más septentrional de la Sierra del Mugrón, una sierra de unos 16 kilómetros de longitud que se extiende de NE a SO entre el municipio valenciano de Ayora y los municipios manchegos de Almansa, Alpera y Bonete. Es un afloramiento rocoso calcáreo formado por depósitos marinos del Mioceno, con cotas superiores a los mil metros de altitud. La cota de mayor altitud se encuentra al sur de la sierra, en el vértice Mugrón donde se alcanzan los 1.209 metros. En la parte donde se encuentra el poblado, el Puntal de Meca, la sierra toma dirección oeste. Un estrechamiento en este sector hace que el amesetado puntal quede prácticamente aislado, característica que le confiere un auténtico carácter defensivo.

Desde el punto de vista arqueológico, se han encontrado restos que evidencian la ocupación continuada de este emplazamiento desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media. Sin embargo, el mayor esplendor se le atribuye a la cultura ibérica, entre los siglos V y III a.C. El yacimiento ocupa una superficie de unas 15 hectáreas y unos 800 metros de longitud, y en esta superficie se pueden encontrar una gran cantidad de excavaciones rupestres destinadas a aljibes, silos, viviendas y caminos rodados, excavaciones que lo convierten en un yacimiento singular tanto por la cantidad en número como por las dimensiones que alcanzan algunas de ellas.

Además, toda esta zona cuenta con figuras de protección de la Red Natura 2000. Declarado LIC Sierra del Mugrón, con una extensión de algo más de 2.000 hectáreas, se diferencian tres unidades paisajísticas como son la sierra propiamente dicha donde se encuentra una magnífica comunidad de sabina negral; la zona baja de cultivos predominantemente de secano en la que habitan numerosas especies de aves esteparias; y la desecada laguna de San Benito que se encuentra incluida en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, adquiere mayor extensión la ZEPA Meca-Mugrón-San Benito, con una superficie de más de 7.000 hectáreas, para la protección del hábitat de unas 16 especies de aves presentes.


El punto de inicio de esta ruta comienza en una zona de aparcamiento habilitada a la que se accede a través de caminos indicados a partir de la carretera entre Casas de Madrona y Alpera. Además, al tratarse de una propiedad privada, los propietarios han establecido como día de visita los domingos, de 9 a 14 horas. Iniciamos la andadura hacia un pequeño campo de pinos jóvenes que bordearemos siguiendo las indicaciones de los postes, y que nos conducirá a un pequeño repecho. Tras esta pequeña cuesta enlazamos con un sendero y continuamos por él hacia la izquierda. A pocos minutos llegamos a la fuente de Meca, un punto de agua que es conducida hasta una pileta de obra, junto a una gran roca, para el abastecimiento animal. Desde la fuente, si nos fijamos abajo a la izquierda, podemos ver una construcción de piedra que se levanta pocos metros del suelo y se encuentra perfectamente integrada en el paisaje. Nos desviamos hacia ella y nos asomamos a la parte delantera. Se trata del aljibe de la fuente de Meca, una construcción abovedada con ladrillo hacia la que son conducidas las aguas de dicha fuente. Excavado en el suelo y con un techo que parece el propio suelo del terreno, este depósito de aguas tiene una capacidad de almacenamiento considerable. Junto a la portezuela de acceso hay un conjunto de piletas que se usaban para verter el agua que se sacaba.

 

Regresamos de nuevo al sendero, antiguo camino de acceso al poblado ibérico, que cada vez se va encajando más debido a las campañas de excavación realizadas. Una auténtica obra de comunicación que salvaba más de 300 metros de desnivel entre la ciudad ibérica y los llanos que la rodeaban. El camino de tierra da paso a otro de roca y, a la entrada, podemos ver varios bloques tallados. En este punto se encontraba la puerta de acceso al poblado y justo delante una bifurcación de caminos: uno es por el que venimos desde la parte occidental de la sierra, y otro que continuaba por la parte norte dirección a los llanos de San Benito.


Continuamos por el camino excavado en la roca que permitía el paso de carros, y a pocos metros, en un rebaje de la roca a nuestra izquierda, podemos acercarnos al pico de la Voluntaria, lugar desde el que ya comenzaremos a tener una amplias vistas panorámicas de los extensos campos de secano rodeados de montañas cubiertas por un manto verde de pinos: el Puntal del Arciseco, Puntal de Tortosillas, Sierra Palomera, Montemayor,… Aquí podemos observar las primeras estructuras excavadas en la roca, algunos depósitos circulares y rectangulares, y algunos orificios que servirían para la colocación de vigas para los techos. Regresamos al camino excavado en la roca y seguimos subiendo. A medida que ascendemos, el camino se profundiza más, hecho que le da el nombre de camino Hondo. Llegamos a una curva muy pronunciada, lugar donde el camino fue excavado más de 4 metros de profundidad y unos 2 metros de anchura. Vamos girando en la curva y enseguida aparecemos en la parte alta, con una visión casi completa del conjunto del poblado.


A partir de aquí comienza la visita al poblado. Continuando por el camino principal unos metros nos encontramos, a la izquierda de éste, el depósito más grande de todo el yacimiento, conocido como el Trinquete. Se calcula que su capacidad de almacenaje era de unos 2.000 m3. Se piensa que este depósito no estaba destinado al acopio de agua ya que por sus dimensiones parece excesivo para el abastecimiento del lugar y, además, al encontrarse junto al camino por donde transitaban las caballerías podrían filtrarse excrementos de los animales. Los depósitos de los que se está seguro que fueron aljibes son los que cuentan con canalillos por los que circulaba el agua, y en algunos casos se puede ver cómo algunos depósitos conectaban con otros inferiores por medio de canales.


Continuamos un poco más por el camino y nos desviamos hacia la derecha dirección al borde más septentrional del Puntal de Meca para recorrer el poblado y disfrutar de las vistas que nos ofrece este punto elevado. Desde aquí nos dirigimos ahora hacia el punto más occidental del yacimiento y también más elevado con 1.058 metros, una auténtica atalaya natural. Después de contemplar el paisaje, retrocedemos hasta coger la senda que va por una pequeña vaguada y comenzamos a descender. A la derecha podremos ver otro de los depósitos más grandes de Castellar de Meca. Nos desviaremos hacia la derecha, por la parte inferior de este depósito, y por un paso por el borde rocoso de la montaña llegaremos a la Cueva del Rey Moro, un gran abrigo en la parte norte y que queda escondido de la vista de los visitantes.


Regresamos a la senda que baja por este reguero y continuamos descendiendo, primero por la senda y después por unos escalones tallados en la roca y de factura moderna. Unos metros más abajo volvemos a la fuente de Meca. El camino de regreso hasta la zona de aparcamiento se realiza deshaciendo los pasos del principio de la ruta.

jueves, 6 de febrero de 2014

Senderismo por la provincia de Alicante

Estas últimas semanas nos hemos acercado a la provincia de Alicante a realizar un par de rutas, de entre las muchas y magníficas de las que disponen. La orografía alicantina cuenta con una gran cantidad de recorridos por sus montañas, y nosotros hemos elegido dos de ellos. Aparte de otras rutas que ya realizamos en su día por esta provincia como la subida al Aitana (techo provincial) o al Puig Campana, en esta ocasión hemos ido a la Silla del Cid (Petrer) para recorrer esta montaña, que ya desde la carretera nos ofrece una silueta muy característica y singular. En esta ocasión nos juntamos con otros grupos de senderismo como la Peña Senderista Esto se Empina, la Revolta o los Independientes, en una amigable jornada de senderismo.
Esta semana, más concretamente el 03 de febrero, nos hemos acercado a la población de Ibi para realizar el PR-CV 26 Serra del Menejador con el objetivo de coronar este vértice geodésico, vigía del Parque Natural de la Font Roja. Una ruta que nos acerca a algunas construcciones testigo de una actividad comercial de siglos anteriores, como fue el comercio de la nieve, donde tendremos la oportunidad de visitar hasta cuatro neveros o pozos de nieve. Complementar el patrimonio rural algunas masías junto a las que pasaremos, como el Mas de Tetuán, de les Foiaderetes o del Canyo. Un hito botaníco en el recorrido es el tejo de más de trescientos años que podemos visitar junto al Mas de Tetuán.


En las próximas semanas tenemos previsto volver a algunas montañas alicantinas que, seguro, no nos dejarán indiferentes.